2.11.09

LA SOBERBIA. LIBRO. CAPÍTULO 3

CAPITULO 1
CAPITULO 2
LA SOBERBIA

CRISTO TRAICIONADO
3
LOS EVANGELIOS APÓCRIFOS


La sabiduría del humilde le hace erguir su cabeza y le da asiento
en medio de los grandes. No alabes al hombre por su hermosura,
ni desprecies a nadie por su aspecto. Muchos reyes acabaron
sentándose en el polvo, y el que menos se pensaba ciño la corona.
Muchos potentados fueron humillados en extremo, y hombres ilustres
fueron entregados en manos de otros. No censures antes de tener pruebas;
investiga primero, y después corrige. Antes de escuchar no respondas,
y no interrumpas al que habla. No te metas en lo que no te importa.
(Sirácida, 11, 1-9)


Tocaban maitines y los novicios se despegaban de sus sábanas de algodón. Con la primavera el despertar se hacía agradable y generoso. La naturaleza llamaba a sus hijos a la oración, haciendo uso de sus más orgullosos cantos. Las flores se abrían con el rocío del alba y algún que otro futuro sacristán había mojado la cubierta. El padre Fobia impartía su, ya habitual, seminario sobre los escritos de inspiración divina. El aula magna rebosaba de sonrosados y sonrojados novios, unos por ser hijos del concubio másquilo, otros porque la sangre les hervía por rozar el pecho de una doncella.

Buenos días, hijos del señor nuestro Dios - dijo el padre Fobia.

Buenos días, padre Fobia, muy buenos días, padre - contestaron los novicios.

Bien, queridos alumnos. Hoy, no sé por qué, noto cierto aliento lujurioso en el vaho de algunas bocas, todo sea que la noche llama al diablo encendiendo la lujuria en las menos dotadas mentes. Privilegio divino el ser iluminado por la castidad del Esperado. Alabado sea el Crucificado. En fin, dejémonos de bagatelas y vayamos al asunto que hoy nos interesa y que he titulado así: ¿Son los Evangelios Apócrifos hijos de la inspiración divina? Para la exégesis de hoy utilizaremos la obra de nuestro ya conocido ilustre Cardenal Pax et Bellum, titulada: Vinculum fidei victum est, El vínculo de la fe ha sido quebrantado. Veamos, tú, Rafael, comienza la lectura en el capítulo sexto, allí donde dice Parcere subiectis et debellare superbos ( Perdonar a los sometidos y doblegar a los soberbios).

Si, padre, ya comienzo: La llegada del Maligno vendrá precedida de insidiosos escritos, repulsa corrupta donde Cristo, el Hijo de Dios, será presentado como hombre de cópula, hermano carnal de mujeres de mal hacer, padre de hijos de madres desconocidas. Y querrán fundar sus libros en la divina providencia, la inspiración que sólo alimentó a nuestro tratado divino, la Santa Biblia, con sus únicos textos admitidos. Y sus ideas entrarán en la casa del Señor, la Santa Iglesia, para corromperla y ultrajarla. Pero nosotros, elevando nuestras almas, iluminados por las plegarias y la oración, la tríada Padre-Hijo-Espíritu Santo, levantaremos nuestras armas contra esos que amenazan la santa ley con improperios y burlas. Propagaremos la fe cristiana, impidiendo que la apostasía, hermana de los musulmanes, se extienda en la tierra que Yaveh Dios nos otorgó. Y así será...

Una mano joven y temblorosa se elevó entre todas las cabezas que, bien agachadas, seguían la lectura. Nubio, mirando al frente, los ojos clavados en el crucifijo de la pizarra, quería formular una pregunta.

Detente por un momento, Rafael, tu hermano Nubio parece que desea preguntar. ¿ Alguna duda sobre lo leído hasta ahora, hijo ? - dijo el padre Fobia.

Sí padre. Yo he leído el tercer y cuarto libro de Esdras - un murmullo se apoderó de la habitació - y no he encontrado tales ofensas a nuestra dogmática fe. Si uno piensa que lo allí escrito son sólo palabras, retirándole de entrada cualquier facultad divina, no me es posible observar la labor del Maligno. Tampoco he podido leer ningún improperio o burla dirigida a nuestro Señor. A mi lo que de verdad me confunde - proseguía el novicio - es lo siguiente: si Cristo estuvo en la tierra como hombre, cómo es posible que nuestra Iglesia repudie actos como la copula con mujeres, acontecimiento sin el cual la naturaleza no permite la concepción. Si la maternidad es ejemplo de fecundidad, dote divina con la cual el hombre se reproduce en la tierra, cómo es posible que la madre de Jesús, la Virgen María, pariera y conservara la virginidad. Acaso la pérdida de la virginidad es una mácula en la mujer. Cómo podemos concebir el nacimiento desde la virginidad. Y por último, padre Fobia, tampoco entiendo la relación con el Islam. Si el Islam, al igual que el Cristianismo y el Judaísmo, tiene como padre a Abraham, y si su texto sagrado, el Corán, admite la existencia de Cristo como profeta, cómo se entiende la lucha entre hermanos de la misma sangre, hijos del mismo Padre.

Aliquid monstri alunt, Nubio, eso es lo que estás haciendo, alimentar algo monstruoso entre tus hermanos de catequesis. Cristo vino como hombre a la tierra, pero siendo el verdadero hijo de Dios. Su cuerpo no podía ser compartido con ninguna mujer, su espiritualidad y bondad estaban más allá del deseo carnal. ¿ Cómo te atreves a pronunciar semejantes pensamientos simoníacos y pecadores, cómo es posible que iguales el Islam con el Cristianismo, con qué atrevimiento hablas de hijos de un mismo padre? Debes saber, Nubio, que el Islam es el competidor del Cristianismo, la religión del infiel, la religión que invade tierras santas cristianas, la religión que invita a la guerra y a la invasión. No respeta la tríada unitaria y no admite a Cristo como hijo legítimo de Dios. Dime Nubio, quién es tu confesor eucarístico, tu guía espiritual.

Padre fobia, qué importancia tiene quién sea mi confesor. ¿No es lícita la pregunta ante la duda, no es lícita la pregunta ante la intención de profundizar, acaso no es lícita, padre mío, la pregunta ante la exégesis, el cuestionamiento de lo estimado para así mejor acomodarse a las nuevas ideas de la fe católica, para así mejor prepararse para la secularización de la religión, padre?

 Nubio, ¡calla y contesta a lo que te pregunto! ¿Quién es tu confesor?, responde, que mas pareces un jesuita revolucionario que un futuro hombre de la Obra de Dios.

Pero padre - dijo el novicio.

¡Responde!, Nubio.

Si. Mi confesor es el Cardenal Heterodoxia, deseáis hablar con él.

Nubio, abandona el seminario de inmediato. Hablaré con el Cardenal Bellum para que se te aplique el código disciplinario correspondiente. ¡Sal!
Si padre. Perdonar la insistencia de mis ideas.

Nubio sabía bien lo que hacía. Era el hijo primogénito de un aristócrata de Bolonia, el Duque de Emilia Romagna, conocida entre la ciudadanía como Marcel il Arroganti. Previa su muerte el Duque decidió donar toda su fortuna al Colegio Cardenalicio. Las condiciones para el disfrute de tan ingente pecunia eran las siguientes: que su hijo Nubio fuera aceptado como postulante; que la gestión de la herencia fuera encargada al Cardenal Heterodoxia, a quien le unía una gran amistad; y que fuese este mismo Cardenal el confesor y guía espiritual de su primogénito.

El Cardenal Heterodoxia, por su parte, era enemigo del Cardenal Pax et Bellum. Sus ideas eran más liberales y cercanas al rebaño de Dios, es decir, los feligreses. El Cardenal Bellum, siempre envuelto en el misterio de su ideología, era ultraconservador y nada conformista. Tan sólo el poder económico conferido al Cardenal Heterodoxia le impedía mostrarse más belicoso de lo que era. El Papa actual, a diferencia del anterior, estaba más cercano a la obra de Loyola que su predecesor, más proclive a las sectas elitistas. El escenario era favorable, dada la amistad entre el Pontífice Pablo III, el Inmaculado, y el Cardenal Heterodoxia, a Nubio.

*

Cardenal Pax, hemos de hablar con urgencia. Acabo de descubrir una trama revolucionaria, nacida, como no podría ser de otra manera, del Liberador de Almas - así era conocido el Cardenal Heterodoxia entre sus enemigos. Hemos de hacer algo o de seguir así acabará con nuestro poder de coacción. El asunto es más serio de lo que parece y no se lo podemos permitir.

¿Qué ha ocurrido padre Fobia?, decidme.

El hijo del Arroganti se me ha sublevado en el seminario, incitando al resto de postulantes a aceptar posturas libertinas. El muy atrevido ha interpretado su texto, Parcere subiectis, diciendo que no hay nada de injurioso en los Evangelios Apócrifos, en las lecturas del tercer y cuarto libro de Esdras.

No te preocupes padre Fobia, de momento contamos con el control de la mayoría de los novicios, sus confesores son cercanos a las ideas de nuestro fundador y siempre los podemos lanzar contra ese insidioso pupilo del Libertador. De todas maneras, llamaré de inmediato al Arzobispo Dogma para ver que hacemos. Tranquilízate y retírate, deja esta rebeldía en mis manos. Ya te avisaré.

*

Querido Heterodoxia, cómo estás, cuánto tiempo sin saber de ti. Cómo está el Pontífice, qué noticias traes acerca de la Evangelización en América Latina, cómo es su estado de salud. Nos tiene a todos tan preocupados que las oraciones ya me parecen insuficientes. Dime, dime.

Cardenal Bellum, cierto es que hacía tiempo que no coincidíamos. Celebro verte tan egregio como siempre, tan erguido y dispuesto. Me alegro tanto...

Gracias, gracias, buen amigo. Pero dime, cuéntame noticias.

Todo va despacio, querido Pax, la labor evangelizadora se ve frenada por el incesante crecimiento de sectas emanatistas y distanciadas de la misión de Cristo. Hay que deshacer algunas de las posturas dogmáticas impuestas por los herederos del anterior Pontífice y eso es trabajo duro. Tú sabes bien de lo que hablo, ¿no?

Bueno, bueno.

Por lo demás la salud del Pontífice es excelente, parece que con cada nueva misión evangelizadora que consigue captación de feligreses, con cada nuevo miembro que ingresa en nuestra obra y con la propagación, cada día más visible, de su nueva propuesta doctrinal, Cristo propulsor de la Justicia Social, su corazón palpita con más  fuerza, siendo su ilusión renovada con más ímpetu.

Cuanto celebro que me traigas esas noticas. Bien sabes que la salud del emisario divino siempre me ha preocupado, no digamos ya su misión catequizadora. Me alegro, querido Heterodoxia.

Por cierto, querido Pax, parece que mi protegido, Nubio, ha sido expulsado del seminario del padre Fobia. ¿Qué ha ocurrido?

Nada de importancia, un impulso juvenil fruto de la primavera. Nada que merezca tu preocupación, aunque una pequeña llamada al orden sería conveniente. Pero vamos, nada de importancia como te decía.

Es la juventud, sí,  la juventud. Hablaré con él para que no se repita tal algarabía delante de los otros novicios. Así lo haré, para que el orden y la responsabilidad reinen en la casa de Dios.

ADENDUM

Nubio no fue castigado y los Evangelios apócrifos entraron en la casa de Cristo, como decía el Maledetto en su obra. Por otra parte Nubio y el Cardenal Libertador se volvieron a ver en confesión. Las primeras palabras del Cardenal fueron las siguientes: Caelum ipsum petimus stultitia, Nubio (Con nuestra estupidez queremos alcanzar el cielo)

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